sábado, 30 de abril de 2016

Los perros de guerra y sus instructores: un vínculo de respeto y amistad




El 29 de abril se conmemoró el Día del Animal y, en este contexto, el portal de noticias de la Fuerza Aerea Argentina, Noticias en Vuelo, se acercó al Instituto de Formación Ezeiza (IFE) para conocer un poco más sobre el trabajo de la Sección Perros de Guerra


Por Lic. Florencia Sosa / Fotos: PC Carlos Burtone

Noticias en Vuelo dialogó con el jefe del Escuadrón Tropa del Instituto de Formación Ezeiza (IFE), primer teniente Walter Marchesi y con el instructor de la Sección Perros de Guerra, cabo principal Néstor González, sobre el trabajo que realizan los canes de la Fuerza Aérea Argentina (FAA).

“Los perros de guerra se dedican a la seguridad de todas las instalaciones del Instituto. En el último tiempo, la Unidad adquirió nuevos canes, un grupo de ovejeros alemanes que están en la fase de aprendizaje”, explicó el primer teniente Marchesi.

Además de los ovejeros, la Sección también está conformada por ejemplares de la raza Fila Brasilero y una mestiza aunque en el último tiempo se incorporó un nuevo integrante. “Tenemos un perrito que era callejero y lo adoptamos, se llama Espejo”, afirma el jefe del Escuadrón Tropa.

Durante la entrevista, el cabo principal González comentó que los perros que conforman la compañía realizan entrenamientos de destreza y seguridad.


“Son tres etapas de instrucción que tienen los canes: nivel básico, avanzado y táctico. Una vez que transitan estas fases, los implementamos en el sistema de seguridad ante cualquier adversidad o anomalía que pueda haber en la Unidad”, explicó el cabo principal González

“Los acostumbramos a que cuando nosotros le tenemos que dar una orden, ellos se ponen en situación”, comentó el instructor de la Sección Perros de Guerra. Por su parte, el jefe del Escuadrón Tropa refuerza esta idea afirmando que los nombres de los animales tienen que ser bisílabos para que la orden pueda llegar más rápido al perro.

Según el primer teniente Marchesi, los perros reciben entrenamiento a partir de los 4 o 6 meses y durante el resto de su vida hasta que dejan de ser operativos: “Al llegar a los 6 u 8 años de edad se lo adapta para poder entregarlo a un hogar en el que podrá pasar los últimos días de su vida integrado en una familia”.

Por su parte, el cabo principal González explica que el veterinario es el que se encarga de definir si se encuentra en estado senil o puede continuar con la actividad. Cuando se determina que el perro deja de ser operativo por no poder cumplir con las exigencias de la Sección, se elabora un acta de donación.

Al respecto, el jefe del Escuadrón Tropa contó que a lo largo de su carrera tuvo la oportunidad de entrenar a un Schnauzer gigante que fue adoptado por el propietario de una quinta luego de analizar que era el lugar más apropiado para culminar sus días teniendo en cuenta el tamaño y la energía del animal: “Cuando lo soltamos nos dimos cuenta que iba a ser muy feliz allí y esa es la idea”.


Para finalizar, el cabo principal González comentó que el factor fundamental que hace que la instrucción resulte efectiva es el vínculo entre el instructor y el perro, invirtiendo tiempo en paseos, dándole de comer, jugando y cuidándolos permanentemente, además de recibir entrenamiento: “Para que el perro obedezca una orden debe sentir afecto por su instructor y respetarlo, esa conexión se logra con tiempo y esfuerzo”.

FUENTE: Noticias en Vuelo.

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