miércoles, 14 de octubre de 2015

Fuerza Aerea Argentina fabricara sus propios cohetes

EL RESURGIR DEL FÉNIX

 

La Fuerza Aérea Argentina lleva adelante el Programa de Acceso al Espacio Para la Defensa, cuyo principal objetivo es contar con la capacidad de construir y orbitar microsatélites con medios propios.


Cuenta la mitología que el Fénix era un pájaro fabuloso que lograba resurgir de sus cenizas luego de haber muerto, y es difícil hallar una mejor analogía a la hora de pensar en el programa de cohetería que la Fuerza Aérea está desarrollando.


La misión de la Fuerza Aérea es ejercer el control del espacio aéreo sobre el territorio nacional, incluyendo no solo el territorio continental, sino, además, el marítimo. Entre las diversas tareas que desarrolla para lograr la concreción de dicho objetivo, se encuentra la de observación y vigilancia, tarea que realiza valiéndose de medios diversos, tales como aeronaves y radares, y a los cuales pretende sumar pronto satélites.

El Programa de Acceso al Espacio Para la Defensa es un intento a través del cual la centenaria institución intenta recuperar capacidades y retomar proyectos que a fines de los años 80 fueron detenidos por mandato del gobierno menemista, que dispuso el cese de las investigaciones y trabajos que se realizaban en el campo de la cohetería, y cuya consecuencia fue una extensa inactividad que se extendió por casi un cuarto de siglo.


Transcurrida ya la extensa noche, nuevos acontecimientos políticos permiten a la fuerza proyectar un programa cuyo objetivo es desarrollar la capacidad de construir y orbitar satélites de hasta 50 kg en un plazo no mayor a 8 años, para lo cual se diseñan tres familias de vectores (Fénix, Sirio y Águila), todos ellos impulsados mediante tecnología de combustible sólido. A modo de garantizar el éxito de su concreción, se incluye dentro del programa la participación de diversas instituciones del quehacer científico y tecnológico del país (CITEDEF y universidades públicas).

Ya señalado el objetivo, el primer paso en pos de alcanzarlo consiste en recuperar capacidades elementales en materia de cohetería, que, como ya señalamos, se perdieron durante los años de políticas neoliberales que asolaron al país desde 1989 hasta la gran crisis económica del 2001, período en que resulta destruido parte importante y fundamental del tejido productivo y científico nacional.

Se procede entonces al desarrollo de un pequeño vector llamado Centenario que es lanzado a fines de 2013. Mediante esta experiencia, se logra realizar un ejercicio que involucra movilizar la capacidad operativa de la institución, abarcando logística, telemetría, y recuperación de la carga útil del vector. Se prueba asimismo con éxito el combustible sólido de alta performance desarrollado por CITEDEF.

En otro frente de batalla, la fuerza echa mano a la experiencia acumulada en el desarrollo de los satélites uSAT-1 y uSAT-2 (la construcción de este último finalizó en 1999 pero no se puedo lanzar por falta de fondos para contratar los servicios de lanzamiento), se encara el desarrollo del microsatélite de observación uSAT-3 que ya se encuentra listo para ser lanzado al espacio, aunque no se ha contratado aun el lanzador para orbitarlo (se estimado realizarlo en 2016).

 La resurrección del Fénix


El siguiente paso de esta saga estará a cargo del vector sub-orbital Fénix, un vehículo de 2 etapas: la primera compuesta por 4 motores de 320 mm de diámetro, y la segunda por un único motor de iguales características. Para el desarrollo del Fénix se incorporan modernas herramientas de diseño, y en su construcción se adopta el uso de materiales compuestos (por ejemplo, en su ojiva). Este vector posee módulo de telemetría, sistema de estabilización de la carga útil mediante chorros de nitrógeno (que le permitirá tomar fotografías en infrarrojo a gran altura), y carga útil recuperable. El peso del Fénix es de 2050 kg y su apogeo de 350 km portando una carga útil de 100 kg. De no mediar contratiempos, el pájaro debiera remontar vuelo en diciembre de este año.

Sirio

En el mediano plazo el programa contempla continuar con el desarrollo de una nueva familia de vectores llamada Sirio, de la cual están planificados tres vehículos: Sirio I, II y III. Con el Sirio, la fuerza volverá a ensayar un vector del mismo diámetro del cohete Alacrán (560 mm), un vehículo desarrollado por la institución en la década del 80, del que se realizaron varios lanzamientos.
Sirio I será un vector de una sola etapa con un peso de 1143 kg,que permitirá llevar una carga útil de 200 kg hasta una altura de 210 km. Luego, el siguiente miembro de la familia (Sirio II) será un cohete de dos etapas, con un único motor en cada una de ellas. El hermano mayor de la familia, Sirio III, será un cohete de 4 etapas con él cual se espera poder orbitar una pequeña carga de 10 kg de peso.

Águila

La última familia de vectores del Programa de Acceso al Espacio Para la Defensa es Águila. Estará compuesta también por cuatro miembros: Águila I, II, III y IV. En la etapa final del programa, el Águila IV tendrá la capacidad de orbitar cargas de 50 kg. De allí en más, la Fuerza Aérea estará en condiciones de lanzar al espacio sus propios microsatélites.

Los acontecimientos políticos del devenir definirán la suerte del programa, su éxito o fracaso. Por lo pronto, el Fénix ha resucitado.


FUENTE

1 comentario:

  1. Que Desastre han echo con la Industria Espacial, Aeronáutica, Y de Defensa, desde 1989 al 2015, DESTRUYERON TODO.-

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